Peregrina
Antaño caminaba por el mundo
dejando el corazón bajo las
rocas.
¿Y tú, dónde te hallabas, en
qué estrella
remota de la noche te
escondías?
Siempre tan lejos, lejos,
tan distante
como la Vía Láctea, tan
lejos.
¿Cuándo vendrás? Regresa.
Los segundos
se suceden; la vida poco a
poco
se marchita. No vuelvas a
alejarte.
Acércate y envuélveme en tu
manto,
ocúltame, que nadie me
contemple.
Envuélveme en tu manto y no
permitas
que otros ojos se miren en
tus ojos.
Imagen: Jacek Malczewski, Regreso
del hijo pródigo, 1925.
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