martes, 13 de septiembre de 2016

DAVID LÓPEZ SANDOVAL










XXVI
Sobre la hipocondría

Yo también he sentido que me muero.
Como un grave poeta del Barroco
a veces he creído que convoco
aves de pesadumbre y mal agüero.

Un dolor de cabeza, un pasajero
vértigo en el salón, cierto sofoco
van abriendo camino poco a poco
al sacrosanto cáncer que me espero.

Las dosis de terror y sulfamida
que siempre hemos estado consumiendo
nos han hecho unos yonquis de la vida.

Solemos ignorar que, aun padeciendo,
morir de pronto no nos intimida,
sino el miedo cerval a estar viviendo.



Imagen: Antoine Wiertz, L'inhumation précipitée, 1854.




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