martes, 22 de septiembre de 2015

STUART LOUGHTY










El sueño de anoche

Se oye el viento de otoño.
Ya llega desnudando los árboles. La hierba
se queja y apareja el cielo
sus naves grises. ¿Dónde van?
¿A qué país lejano viajan?
¿Qué comandante las dirige?
¿Qué marineros cuidan de las velas?
Se van en pos los pájaros
y se queda la tierra muda,
indefensa, sin nadie que la habite.
Ahora parecemos lo que somos:
sombras errantes por el llano inmenso.
Se oye la lluvia sobre el llano.
Luego se formarán los arroyos.
Para algunos la lluvia es el llanto de los idiotas
y para otros la arena un papel donde escribir
aquello que añoramos de la nada.
No sé cuántos  millones de personas durmiendo
ahora que la luz se hace mezquina.
El tiempo pesa, se hace tan denso como esa piedra
suspendida del cielo, enorme, desafiante.
Alguien la hace girar y se despiertan las sombras.
El gris se torna negro y entonces la bruma
extiende su ramaje sobre los que duermen.
A este llano lo llaman La Desolación.


Traducción de Valeriano Pastore.

Imagen: Otto Dix, Eisgang, 1940


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