Mujer en la ventana
Mirando el horizonte del
recuerdo
llega hasta mí arrastrada
por el aire
apacible una voz que no
conozco.
Me anuncia que mi tiempo
languidece,
que nada he aprendido
todavía.
Un tiempo que cantaba entre
la hierba,
el tiempo de otro tiempo y
su sonrisa,
el tiempo que se pierde y se
arrincona,
ese tiempo que humilla y que
destruye.
El tiempo de mañana aún no
existe,
el tiempo del presente se
desgasta
y busco que el instante me
aleccione
antes de que el final abra
su puerta.
Una puerta que se abre hacia
el Oriente
cuando la luz arroja las
tinieblas
al infierno sin fondo de su
sima
e indica los caminos en los
mapas.
No me hallarás aquí cuando
retornes;
no quiero despedidas ni
lamentos,
la nave ya está a punto de
zarpar
con rumbo al territorio
donde el tiempo
se duerme entre los brazos
del olvido.
Imagen: Caspar David Friedrich, Frau am Fenster, 1822.
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