lunes, 23 de noviembre de 2015

KATHERINE MANSFIELD










Soledad

Ahora es Soledad, en vez de Sueño,
la que viene de noche a sentarse a mi lado en la cama.
Como una nena cansada me acuesto a esperar sus pasos,
la veo cómo sopla suavemente la vela y se sienta
inmóvil, ni muy a la izquierda ni muy a la derecha.
Se da vuelta y, exhausta, exhausta, cabecea.
Ella también está vieja; ella también supo dar pelea.
Por eso va coronada de laureles.

En la oscuridad triste la marea baja lenta
a dar contra una costa insatisfecha, estéril.
Sopla un viento extraño...después, el silencio. Me conformo
con acercarme a Soledad, darle la mano
y aferrarme a ella, esperando, hasta que la tierra estéril
se colme de la atroz monotonía de la lluvia.


Versión de Sandra Toro.

Imagen: Georges de La Tour, La Madeleine à la veilleuse (detalle), hacia 1643..




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