Tarde
de mayo
El cielo lentamente va
cambiando
el azul por el gris de la
tormenta.
Cesaron los arpegios de las
aves,
el rayo y el relámpago
resuenan.
Ahora que la noche nos
visita
en la tarde de mayo
cenicienta
que a principio de otoño se
parece
se vuelve más pesada la
tristeza.
Se va llevando el viento las
palabras
que dejamos encima de la
mesa
y el alma se retira
pensativa
a su alcoba debajo de la
tierra.
Y la tarde declina sin
remedio.
Tarde sin corazón, sin
sangre, muerta.
Imagen: Martin Johnson Heade, Approaching Thunder Storm, 1859.
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