jueves, 7 de abril de 2016

MIGUEL DE UNAMUNO










El corazón del mundo

Reposa, corazón, que harto lidiaste
y reposando espéralo al reposo
postrero que no acaba; que te baste
lo ya vencido en este tormentoso

combatir, y curado del desgaste
en el descanso púrgate del poso
de aquella mala sangre que cobraste
en las arenas del ardiente coso.

Limpio has de ir a Dios, hoy pobre esclavo
de la lucha, y pues ésta es la que mancha
límpiate de la paz en el profundo

recogimiento; gozarás al cabo
el increado aire que te ensancha
hasta fundirte al Corazón del Mundo.



Imagen: Francisco de Zurbarán, Alegoría de la Caridad (detalle),  hacia 1655.





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