Criatura
tan liviana
Es la muerte criatura tan
liviana,
apenas un perfume que de abril
emerge, un brote verde,
tierno y frágil
a merced del invierno
rezagado.
La muerte tiene piel tan
delicada
como los pétalos que el
tiempo guarda,
la transparencia muestra en
su figura
de los celajes que colora junio.
Tocarla no debemos. En un
blando
lecho la acostaré porque
descanse,
porque la paz alcance y la
sonrisa.
Cuando el ocaso llegue,
suavemente,
entonaré en voz baja, un
soplo sólo,
lentos sones de amor para
que duerma.
Imagen: Herman Henstenburgh,
Vanitas, hacia 1700.
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