viernes, 15 de abril de 2016

DOROTHY HUNTER










El maizal por la tarde (V)

Desde la altura,
el maizal por la tarde es un misterio,
una quietud sombría en la que nada penetra.
Ni el aire ni la luz arrancan
palabras de sus labios impasibles.
Desde la altura vemos
un mar petrificado en cuyo fondo
habitan animales de acero
que atraviesan su verde consistencia,
la pétrea dureza de sus aguas.
Desde la altura nos parece fácil
la tarea de andar sobre las ondas
a lo largo de millas
y millas sin descanso
–como pequeños cristos
absortos en su asombro-
hasta el confín del orbe,
allí donde el abismo abre sus fauces
para que un Niágara esmeralda se desplome
entre un atronador silencio
al oscuro vacío de ese ponto
donde nadan estrellas.



Traducción de Alejandra Burguillos Rasero.

Imagen: Charles Courtney Curran, Sunlit Valey, 1920.

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