XIV
Como la tierna madre que el
doliente
hijo le está con lágrimas
pidiendo
alguna cosa, de la cual
comiendo,
sabe que ha de doblarse el
mal que siente,
y aquel piadoso amor no le
consiente
que considere el daño que
haciendo
lo que le pide hace, va
corriendo,
y dobla el mal y aplaca el
accidente,
así a mi enfermo y loco
pensamiento,
que en su daño os me pide,
yo querría
quitar este mortal
mantenimiento.
Mas pídemelo, y llora cada
día
tanto, que cuanto quiere le
consiento,
olvidando su muerte y aun la
mía.
Imagen: Carl Jacob Wilhelm
Huhn, Niño enfermo, 1869.
No hay comentarios:
Publicar un comentario