viernes, 11 de marzo de 2016

JERÓNIMO DE LOMAS CANTORAL










Ya de mis quietos días el sereno
cielo se va turbando y, con sosiego,
en el alma se enciende un nuevo fuego
que me consume dulcemente el seno.

Recoge, corazón, recoge el freno
y a más sano lugar te vuelve luego,
pues que de amor el más sabroso juego
está con hiel templado y con veneno.

Al sospirar y al llanto triste y laso,
a oscura luz y a noches congojosas
no tornes, ya que miras libre al cielo.

Huye a los ojos bellos, cierra el paso
al vano desear y a mentirosas
esperanzas, y cércate de hielo.


Imagen: George Frederick Watts, Love and Death, 1901.



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