En vano se me oponen las
montañas
con nuevos riscos de cuajada
nieve,
y en vano el Aquilón sus
alas mueve,
derribando cortijos y
cabañas,
que el fuego que yo traigo
en mis entrañas
bastará a derretirla en
tiempo breve,
y si a luchar con él mi fe
se atreve,
no será la mayor de sus
hazañas.
Y si un hombre triunfó de su
violencia,
pasando por los Alpes las
banderas,
que llevaron a Italia muerte
y luto,
no hallarán las que sigo
resistencia;
que son de un Dios que
abarca las esferas,
terrible, vengativo y absoluto.
Imagen: William Turner, Snow Storm. Hannibal and his Army Crossing the
Alps, 1812.
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