miércoles, 7 de octubre de 2015

LEWIS DOHRN










Como Hansel y Gretel

Todo cuanto empezó termina aquí.
El final de un camino en un bosque
oscuro, impenetrable y silencioso
en mitad de una noche aún más oscura.
¿Dónde ir? Obligados a desandar
el camino los dos de la mano para no perdernos.
Unidos a pesar del frío.
Unidos a pesar de la distancia.
Este contacto nada dice
de una emoción pasada, de un temblor
en el alma que pueda cuantificarse
o medirse o pesarse, solo el contacto
tranquilizante que atenúa el miedo.
De la mano tú y yo otra vez, perdidos
como siempre estuvimos, perdidos
sin que supiéramos que estábamos perdidos,
Un bosque oscuro, un bosque cerrado
en torno a nuestro miedo, al temor
de no hallar el camino de vuelta,
el camino que lleve
al momento anterior a conocernos,
cuando éramos tú y yo sin yo ni tú,
perdidos como ahora en un bosque oscuro,
a pique de encontrar en un claro la casa
donde aguarda la pérfida bruja
con el horno encendido,
preparada la mesa con el mantel de las fiestas,
dispuesta a devorarnos.


Traducción de Simeón Solórzano de la Cruz.

Imagen: Arthur Rackham, Hansel y Gretel, 1909. 



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