miércoles, 15 de junio de 2016

WILLIAM WORDSWORTH










Una rectoría en Oxfordshire

No hay un límite claro entre la tierra
sagrada y la profana. El césped cubre
por igual ambas tierras, y las sendas
se entrecruzan;
doquiera el paso sigiloso avanza,
el jardín y ese reino en que los deudos,
amigos y vecinos duermen juntos,
confunden su apariencia, cual se mezcla
de varias aguas el rumor, o como
se confunde la tarde con la noche.
Suaves brisas envían perfumados
saludos a las tumbas silenciosas,
procedentes de arbustos y de flores;
y mientras esos altos chopos mecen
sus copas, a través de su ramaje
brilla y se oculta un cielo esplendoroso,
tan brillante tal vez cual los atisbos
de eternidad que a la hora de la muerte
se concede a los santos.



Traducción de Ramón Sangenís.

Imagen: Benjamin Haughton, Woman in a Churchyard.


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