La luna sobre el agua
igual que el animal que
bebe.
Dos noches y dos lunas.
El tiempo repetido.
El reflejo y el hombre que
se mira.
Hay dos formas de hacer las
cosas:
aceptas el reflejo
o puedes asumir la noche.
Aunque arriba y abajo todo
es uno.
También puedes cerrar el
libro
de la noche, cerrar los
ojos,
creer por un instante
que no hay noche ni luna,
tan solo una ranura estrecha
por donde escapar
para no ser la copia de la
copia,
ni tampoco esperanza,
ni ser unívoco
ni dios inerte.
Traducción de Casimiro
Ropero.
Imagen: Isaac Levitan, La
luna en el crepúsculo, 1899.
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