Al
Dios de España
Sólo las patrias son la gran
escuela
del ideal de la hermandad
humana
pues de las patrias es de
donde emana
la fe en nuestro destino, la
que apela
al Dios de todos. Aunque su
faz vela
del Sinaí en las nubes, Él
se allana
a dar sus tablas a Moisés y
arcana
antes su ley en patria se
revela.
Oh Dios de Covadonga y
Roncesvalles,
Dios de Bailén, señor de
nuestra hueste,
que tu nombre por tierras y
por valles
bendigan de esta España y la
celeste,
y en confesarte único no
acalles
mi voz mientras su aire ella
me preste.
Imagen: Tiziano, La Religión socorrida por España,
1572-1575.
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