Ruinas
Casa lóbrega, triste y despoblada
que tanto
os parecéis al alma mía.
Guillén de
Castro
El pasillo vacío, la cocina
fría, la alcoba desolada:
casa
lóbrega como yo tan yerma,
triste.
Viento que ulula, nieve que
sepulta
y muros que escucharon mi
creencia,
que rieron con tu risa,
desconchados,
ciegos sin las ventanas de
tus ojos.
¿Quién ha de recordar tu
paso espectro
hoy de cuanto me diste? La
memoria
perdida, torpe el tiempo,
deshojadas
las rosas, los estanques
cenagosos,
secas las fuentes, techos
abatidos,
columnas derribadas,
tempestades
que abrasan y el ocaso que
balbuce
mientras sangran palabras
demolidas.
Imagen: John Sell Cotman, Ruined House, 1807-1810.
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