lunes, 6 de junio de 2016

ISMENE MATAS










Ruinas

                              Casa lóbrega, triste y despoblada
                                    que tanto os parecéis al alma mía.
                                     Guillén de Castro

El pasillo vacío, la cocina
fría, la alcoba desolada: casa
lóbrega como yo tan yerma, triste.
Viento que ulula, nieve que sepulta
y muros que escucharon mi creencia,
que rieron con tu risa, desconchados,
ciegos sin las ventanas de tus ojos.
¿Quién ha de recordar tu paso espectro
hoy de cuanto me diste? La memoria
perdida, torpe el tiempo, deshojadas
las rosas, los estanques cenagosos,
secas las fuentes, techos abatidos,
columnas derribadas, tempestades
que abrasan y el ocaso que balbuce
mientras sangran palabras demolidas.



Imagen: John Sell Cotman, Ruined House, 1807-1810.



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