Meditación
en el umbral.
No, no es la solución
tirarse bajo un tren como la
Ana de Tolstoi
ni apurar el arsénico de
Madame Bovary
ni aguardar en los páramos
de Ávila la visita
del ángel con venablo
antes de liarse el manto a
la cabeza
y comenzar a actuar.
Ni concluir las leyes
geométricas, contando
las vigas de la celda de
castigo
como lo hizo Sor Juana. No
es la solución
escribir, mientras llegan
las visitas,
en la sala de estar de la
familia Austen
ni encerrarse en el ático
de alguna residencia de la
Nueva Inglaterra
y soñar, con la Biblia de
los Dickinson,
debajo de una almohada de
soltera.
Debe haber otro modo que no
se llame Safo
ni Mesalina ni María
Egipciaca
ni Magdalena ni Clemencia
Isaura.
Otro modo de ser humano y
libre.
Otro modo de ser.
Imagen: Hanna Pauli, Konstnaren Venny Soldan Brofeldt,
1886-1887.
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