Comienzo
La luna deja caer una o dos
plumas en el campo.
El oscuro trigo escucha.
Permanece inmóvil.
Ahora.
Ahí están, las crías de la
luna, probando
sus alas.
Entre árboles, una mujer
esbelta alza la amorosa sombra
de su rostro, y ahora da un
paso en el aire, y ahora se ha ido
por completo, en el aire.
Estoy de pie, solo, junto a
un saúco, no me atrevo a respirar
ni a moverme.
Escucho.
El trigo se inclina sobre su
propia oscuridad,
y yo me inclino sobre la
mía.
Versión de Jonio González.
Imagen: Stanisław Masłowski,
Salida de la luna, 1884
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