Larache
I'm on a blood buzz
The
National
Le dije al corazón adiós un
día
y solté las amarras de la
nave.
La frondosa esperanza se derrumba
como se abate el cáliz de
los lirios.
Ignoramos la máquina del
tiempo,
pero el fatal instante llega
siempre
y el estrago ladino nunca
quiere
admitir que la herida aún
supura.
Me dejo conducir por un
enjambre
de abejas para entrar en el
vacío
a través de este mar y
retraerme
en mi propia absorción de la
materia.
Y luego, tan ligera como un
junco,
me alzaré en el ocaso contra
el fuego
combatiendo a los ángeles
que guardan
diligentes la puerta del
santuario
donde habita la luz que no
se extingue.
Imagen: Eastman Johnson, The Girl
I Left Behind Me, hacia 1870.
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