Alba
rápida
¡Pronto, de prisa, mi reino,
que se me escapa, que huye,
que se me va por las
fuentes!
¡Qué luces, qué cuchilladas
sobre sus torres enciende!
Los brazos de mi corona,
¡qué ramas al cielo tienden!
¡Qué silencios tumba el
alma!
¡Qué puertas cruza la
Muerte!
¡Pronto, que el reino se
escapa!
¡Que se derrumban mis
sienes!
¡Qué remolino en mis ojos!
¡Qué galopar en mi frente!
¡Qué caballos de blancura
mi sangre en el cielo
vierte!
Ya van por el viento, suben,
saltan por la luz, se pierden
sobre las aguas...
Ya vuelven
redondos, limpios,
desnudos...
¡Qué primavera de nieve!
Sujetadme el cuerpo,
¡pronto!
¡que se me va, ¡que se
pierde
su reino entre mis caballos!
¡que lo arrastran!, ¡que lo
hieren!
¡que lo hacen pedazos, vivo,
bajo sus cascos celestes!
¡Pronto, que el reino acaba!
¡Ya se le tronchan las
fuentes!
¡Ay, limpias yeguas del
aire!
¡Ay, banderas de mi frente!
¡Qué galopar en mis ojos!
Ligero, el mundo amanece...
Imagen: Bruno Liljefors, Spoväng, 1924.
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