La
nieve sobre Alcaraz
El cielo ceniciento se
desploma
sobre el cerro y camina por
las calles.
Son blancas las montañas y
en la vega
el río se desliza sin sonido
a los pies de los álamos
enjutos,
brazos grises envueltos en
sudario.
Poco a poco la nieve se
amontona
borrando los tejados y
promesas.
El tiempo se detiene y el
silencio
se recuesta desnudo en los
portales.
No hay principio ni fin,
solo carencia,
ni tristeza ni gozo y sí
penuria.
Ahora me hallo sola,
suspendida
en el albo mutismo del vacío
y no encuentro el camino ni
el anhelo
ni la estela dejada tras mi
paso.
Nieva en mi corazón y en sus
alcores,
un reloj silencioso, yermo,
roto.
Imagen: Caspar David Friedrich, Einsames
Friedhofstor im Winter.
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