Canciones
del alma en la íntima comunicación de unión de amor de Dios
¡Oh llama de amor viva,
que tiernamente hieres
de mi alma en el más
profundo centro!,
pues ya no eres esquiva,
acaba ya, si quieres;
rompe la tela de este dulce
encuentro.
¡Oh cauterio suave!,
¡oh regalada llaga!,
¡oh mano blanda!, ¡oh toque
delicado,
que a vida eterna sabe
y toda deuda paga!;
matando muerte, en vida la
has trocado.
¡Oh lámparas de fuego,
en cuyos resplandores
las profundas cavernas del
sentido,
que estaba oscuro y ciego,
con extraños primores
calor y luz dan junto a su
querido!
¡Cuán manso y amoroso
recuerdas en mi seno,
donde secretamente solo
moras!,
y en tu aspirar sabroso,
de bien y gloria lleno,
¡cuán delicadamente me
enamoras!
Imagen: Francisco Ribalta,
El alma en pena, 1605-10.
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