Acerca del salmo 114
Qué se puede pensar cuando
uno lee
que saltaron los montes cual
carneros,
que, como los corderos
saltan, saltan
los collados, que el río
huye, retorna
hasta sus fuentes primeras,
cauce arriba.
Pensaremos entonces que la
vida
y el mundo se hallan bien
hechos, que es lógico
que los collados salten y
que los ríos
retornen, porque el mundo y
la existencia
hechos para eso están, para
que no
podamos sorprendernos de que
salten
los montes, o los ríos a las
fuentes
vuelvan, para que el agua a
lo profundo
mane, hasta las tinieblas
más secretas
de lo desconocido.
Imagen: Hans Holbein el
Joven, Estudio, hacia 1523.
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