Cuando a su dulce olvido me
convida
la noche y en sus faldas me
adormece,
entre el sueño la imagen me
aparece
de aquella que fue sueño en
esta vida.
Yo sin temor que su desdén
lo impida
los brazos tiendo al gusto
que me ofrece,
mas ella, ¡sombra al fin! se
desvanece
y abrazo el aire donde está
escondida.
Así burlando digo: «¡Ah
falso engaño
de aquella ingrata que mi
mal procura.
Tente, aguarda, lisonja del
tormento!»
Mas ella en tanto, entre la
noche oscura
huye, corro tras ella...
¡Oh, caso extraño!
¿Qué pretendo alcanzar, pues
sigo al viento?
Imagen: Edward Robert Hughes, Night with her Train of Stars,1912.
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