sábado, 26 de diciembre de 2015

ISMENE MATAS










Enero

Ahora cuando cesan las palabras
y la puerta se cierra con un golpe
que retumba en la casa quejumbrosa,
os diré libremente lo que pienso:

No creo que el desierto reverdezca,
que el mar huya hasta el cielo para siempre,
no creo que el silencio se haga música
ni sueño de una noche de verano.

Yo creo que entre el cielo y el infierno
hay señales que equivocan los caminos,
que el invierno es un pozo hondo y triste
donde habita escondida la pavura.


Imagen: Régis François Gignoux, Niagara, The Table Rock in Winter, 1847.



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