Paisaje
de elegía
No escuches mi dolor, tú que
me heriste.
No te reclama ya ningún
acento.
Sólo en mi corazón la sangre
es triste.
( ¡Oh lentas calles del
otoño lento! )
No te requiero un sólo
mandamiento.
-Tú que me niegas, tú que no
me diste-.
No sientas esta muerte que
yo siento.
( ¡Oh tristes voces del
otoño triste!)
Que sólo a mis entrañas se
refiera
este clamor, este importante
frío.
Quiero que no te alcance
este lamento.
Pero si alguna vez te
desespera
un gran silencio, es el silencio
mío.
(¡Oh lentas sombras del
otoño lento! )
Imagen: Hans Thoma, Baum im Herbst vor Wiesental, 1862-63.
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