A
Cristo Crucificado
Tú me ofreces la vida con tu
muerte
y esa vida sin Ti yo no la
quiero;
porque lo que yo espero, y
desespero,
es otra vida en la que pueda
verte.
Tú crees en mí. Yo a Ti,
para creerte,
tendría que morirme lo
primero;
morir en Ti, porque si en Ti
no muero
no podría encontrarme sin
perderte.
Que de tanto temer que te he
perdido,
al cabo, ya no sé qué estoy
temiendo:
porque de Ti y de mí me
siento huido.
Mas con tanto dolor, que
estoy sintiendo,
por ese amor con el que me
has herido,
que vivo en Ti cuando me
estoy muriendo.
Imagen: Hendrick ter
Brugghen, La Crucifixion con la Virgen y
San Juan, 1624-1625.
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