Piscatoria
La carpa fui que el anzuelo
agudo mordió confiada,
la que un corazón impío
dejó en el agua con vida
umbría de aquel arroyo.
(En la arena voy dejando
volutas de caracola)
Mi destino es el remoto
manantial sagrado y frío
que ninguno ha profanado,
tumba al fin donde la pena
hallará el descanso eterno.
Imagen: Lev Kamenev, Paisaje, 1861.
No hay comentarios:
Publicar un comentario