Señor que me has perdido las
gafas,
¿por qué no me las
encuentras?
Me paso la vida
buscándomelas
y tú siempre perdiéndomelas,
¿me has traído al mundo para
esto,
para pasarme la vida
buscando unas gafas,
que están siempre
perdiéndoseme?
Para que aparezca este tonto
que está perdiendo sus
gafas,
porque tú eres, Señor, el
que me las pierde
y me haces ir por la vida a
trompicones,
y nos das unos ojos y nos
pierdes las gafas,
y así vamos por el mundo con
unas gafas
que nos pierdes y unos ojos
que nos das,
dando trompicones, buscando
unas gafas
que nos pierdes y unos ojos
que no nos sirven.
Y no vemos. Señor, no vemos,
no vemos, Señor.
Imagen: George Cope, Spectacles, 1900.
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