domingo, 27 de noviembre de 2016

MERCEDES SANDOVAL REVERTE










Lázaro

“No estoy muerta”, le dije al corazón,
manzana pequeñita y arrugada.
Debajo de aquel árbol de amplia sombra,
de alas extendidas como un ave
que agita su plumaje y alza el vuelo,
me hallaba bajo tierra, en una casa
tan húmeda y oscura cual sepulcro.
No sentía dolor, tampoco alivio,
pues nacer y morir no es cosa mía.

Recogida en la sombra perdurable,
escuchaba los pasos en el techo
de Lázaro siguiendo a su Maestro.
Gritando le pedí que me ayudara,
que me diera la llave de la puerta,
el poder de nacer tras de la muerte.
“Camino hacia el futuro”, dijo Lázaro;
“ahora no recuerdo lo ocurrido”.
Y fue el mármol más blanco y más pesado.



Imagen: René Magritte, Ceci n'est pas une pomme, 1964.



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