El
día se ha ido
Ahora andará por otras
tierras,
llevando lejos luces y
esperanzas,
aventando bandadas de
pájaros remotos,
y rumores, y voces, y
campanas,
-ruidoso perro que menea la
cola
y ladra ante las puertas
entornadas.
(Entretanto, la noche, como
un gato
sigiloso, entró por la
ventana,
vio unos restos de luz
pálida y fría, y
se bebió la última taza.)
Sí;
definitivamente el día se ha
ido.
Mucho no se llevó (no trajo
nada);
sólo un poco de tiempo entre
los dientes,
un menguado rebaño de luces
fatigadas.
Tampoco lo lloréis. Puntual
e inquieto,
sin duda alguna, volverá
mañana.
Ahuyentará a ese gato negro.
Ladrará hasta sacarme de la
cama.
Pero no será igual. Será
otro día.
Será otro perro de la misma
raza.
Imagen: John Henry Lorimer, A Room at Twilight, Kellie Castle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario