domingo, 6 de noviembre de 2016

MERCEDES SANDOVAL REVERTE










Dafne

                                                  a fuerza de llorar, crecer hacía
                                                  este árbol, que con lágrimas regaba.
                                                  Garcilaso de la Vega


Corre ahora la savia por tus venas,
en hojas tus cabellos  se trocaron,
tu piel se oscureció vuelta corteza
y transformóse en planto mi deseo.
¿Dónde ahora los labios que me hablaban,
los ojos que miraban mi ternura?
Insensible a mis ruegos no despiertas
del letargo en que te hallas sumergido.
¿Te has ido con sigilo de mi lado
tal vez para escapar de mis caricias?

Un templo elevaré junto a tu tronco
y plantaré jardines con mis manos,
regados por mi llanto como un río,
por que todas las flores, la albahaca,
el mirto y los laureles embalsamen
el aire que respiras cada día.
Cultivaré jilgueros en tus brazos
que ensordezcan las quejas de mi pecho
y aguardaré vestida de congoja
el último plañir de la campana.



Imagen: Cornelis de Vos, Apolo persiguiendo a Dafne, hacia 1636.


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