Madruga
a escribir el poeta y toma como achaque el enfadarse del mundo para volverse a
dormir
Tomé la pluma, Fabio, al
gallicinio,
pasada la intempesta
nocturnancia,
y no para buscar pueblos en
Francia;
que no tengo historiógrafo desinio.
Y haciendo de las cosas
escrutinio
de este mundo visible mi
ignorancia,
en todo hallé disgusto y
repugnancia
con tanto descompuesto
latrocinio.
Intenté comenzar por
desengaños,
del mar de nuestra vida
breve espuma,
que a tantos necios consumió
los años;
pero al mirar la innumerable
suma
de invenciones, de máquinas,
de engaños,
dejé los libros y arrojé la
pluma.
Imagen: Leonid Pasternak, La
pasión de la creación.