Leyendo
a Li-Young Lee
God
can't find us
in any of
His coat Pockets
Li-Young
Lee
Aquel día me hallaba en
casa;
me senté a descansar y cogí
un libro
que decía que Dios lleva
zapatos,
que posee un abrigo grande y
cálido
y que podemos escondernos
en sus bolsillos donde luego
tal vez no nos encuentre
entre tantas montañas, tanta
lluvia,
nubes y mares, islas, tanta
gente,
tantos árboles, barcos y
tranvías,
palabras y sombreros,
lágrimas, decisiones,
espuma y humaredas.
De vez en cuando Dios mete
su mano
y allí encuentra la luna,
algún lirio, un arroyo, un
pájaro
que habla con su vecino,
un verbo irregular, un
nombre propio,
la barba del alcalde,
el manto de la noche, una
manzana
que muerde mientras ríe…
Más tarde me dormí y vagando
estuve
por el negro vacío de los
sueños.
No sé si dentro o fuera del
bolsillo.
Seguramente fuera.
Imagen: Jan Brueghel el
Joven, Dios creador del sol, la luna y las estrellas.
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