Amantes
de domingo
Debo decirte adiós. Hoy es
domingo.
El día anda muriéndose
igual que tú y que yo. Todos
morimos.
Los domingos se muere uno un
poco,
más que el lunes o el
viernes, por ejemplo.
Y no parece darse cuenta
nadie.
Acaso porque nadie recupera
en domingo su amor y en
domingo lo pierde.
Y siempre acecha el miedo de
no hallarte
el domingo que viene o
cualquier otro
domingo del mañana.
¿Y si me muero
el martes, por ejemplo? Y tú
el domingo
esperándome y yo sin el
teléfono
para avisarte (¿Dónde estás?
No vienes).
Tampoco tengo manos para
escribirte una carta
y decirte en qué calle del
cementerio
vivo ahora y decirte el
número exacto
con el fin de que puedas visitarme
cada domingo.
¿Irías desnuda
como hace un rato estabas
para que podamos, amor,
tú y yo hacer el amor cada
domingo?
Traducción de Alberto Russo.
Imagen: Louis Jean Francois
Lagrenée, Marte y Venus, alegoría de la Paz, 1770.
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