Amarillo
El sol ungía de amarillo el mundo
Juan Ramón Jiménez
Hubo una vez un tiempo, un
tiempo en que la vida,
el cielo de los hombres, la
noche con sus sombras,
las alas de los ángeles
teñidas por el alba,
las voces en la calle, el
ruido de los coches,
las ínsulas extrañas, el
hálito de mayo,
la luz de las adelfas, el
canto del insecto,
las cartas que escribía al
filo de la tarde,
el patio de mi casa, las
sombras en mi alcoba,
el vino de los días, los
platos en la mesa,
tu voz en el teléfono, el
humo del cigarro,
las sábanas del lecho, tu
tos al despertarte,
tu aliento en el espejo,
seis canas en tus sienes,
la espera de las noches, la
hiel de tus mentiras,
el manto del olvido, mis
lágrimas ocultas,
la luz en tus mejillas, tus
besos, mi sonrisa,
te quiero en el oído, mis
labios en tus labios,
tus dientes en mi cuello,
mis uñas en tu espalda,
tus manos en mi vientre, el
bosque del tesoro,
tu entrada en la caverna, el
reino conquistado…
Hubo una vez un tiempo que
todo era amarillo.
Imagen: Mark Rothko,
Untitled, 1968.
No hay comentarios:
Publicar un comentario