Día
de limpieza
Es bien cierto que hacer
limpieza agota
y decimos: mañana tal vez la
haga,
y lo vamos dejando hasta que
un día
los trastos que reunimos no
nos dejan
sentarnos a la mesa, por
ejemplo.
La cuestión es que el día en
que me puse
a hacer limpieza a fondo, no
hace mucho,
hallé una foto vieja donde
mi alma
se asomaba a un balcón a
media tarde.
¿Era Capri, Dubrovnik o
Venecia?
¿Era un sábado, un martes,
un domingo…?
¿Era el cielo, el infierno o
el purgatorio?
“Cuánto tiempo buscándote”,
le dije.
“¿Por qué?”, me preguntó
frunciendo el ceño;
luego puso en su rostro una
sonrisa
y dijo algo después, pero
tan bajo
que apenas entendí lo que me
expuso.
No pude averiguarlo, pues la
foto
se la llevó una ráfaga de
viento
que penetró a traición por
la ventana.
Imagen: Giovanni Battista
Tiepolo, Tetis reconfortando a Aquiles, 1757.
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