domingo, 26 de febrero de 2017

MERCEDES SANDOVAL REVERTE










Cementerio de Baena

                                                                       …tan tristes,
                                                       tan solos, los muertos!
                                                       Gustavo Adolfo Bécquer

Qué ordenado jardín entre los muros
encalados, radiantes, erigidos
para ocultar la pérdida del fuego,
de esa llama que alienta la existencia.

Aquí dentro los cauces se marchitan
mostrando su esqueleto de guijarros
y allí el sol estimula la corriente
de los ríos indómitos de savia.

 Ella se aloja aquí y se encuentra sola,
prisionera en la cárcel más oscura,
y añora las palabras y caricias
que evoca vagamente de otro tiempo.

“¿Dónde mi corazón”, pregunta muda,
“manantial del torrente de la vida?
Un corazón preciso que me libre
del tenebroso peso de la tierra”.

Un corazón que horade las paredes,
que pueda abrir ventanas en su cárcel
por que entren los azules de la aurora
y el aire que tremole su cabello.



Imagen: John Blair, Landscape with Cemetery, 1897.





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