Creación
Y primero era el agua:
un agua ronca,
sin respirar de peces, sin
orillas
que la apretaran...
Era el agua primero,
sobre un mundo naciendo de
la mano de Dios...
Era el agua...
Todavía
la tierra no asomaba entre
las olas,
todavía la tierra
sólo era un fango blando y
tembloroso...
No había flor de lunas ni
racimos
de islas... En el vientre
del agua joven se gestaban
continentes...
¡Amanecer del mundo,
despertar
del mundo!
¡Qué apagar de fuegos
últimos¡
¡Qué mar en llamas bajo el
cielo negro¡
Era primero el agua.
Imagen: Ivan Aivazovsky, La creación del mundo, 1874.